Brightman: MLO 5
MLO 5 Cultural Praxis-Study Abroad
En el año académico de 2011-2012, pasaba diez meses fuera de los EEUU para estudiar en Granada, España. Tanto mis estudios en la Universidad de Granada como las oportunidades sociales que tenía en hacer nuevos amigos y compartir en la vida del estudiante extranjero me hizo aprender un nuevo idioma. Al empezar mi aventura fuera, tenía un gol que era aprender el idioma tanto en el habla como escribir y leer, pero mi experiencia me dio mucho más que eso.
Cuando miro atrás, la mejor decisión que tomé entonces fue vivir con otros estudiantes extranjeras. Vivía en Realejo, un parte de la ciudad cerca de el Centro de Lenguas Modernas (parte de la Universidad de Granada) con tres chicas de varios lugares; Marruecos, Chipre, y Alicante. Fue con ellas donde aprendí como comunicarme en una lengua no familiar, escuchar y entender como comportarme con gente de culturas diferentes. Al principio no entendía nada de la lengua y me daba miedo preguntar por pequeñas cosas como por ejemplo cambiarse la bombona (nuestro piso no tenía gas eléctrico) pero poco a poco las relaciones crecían. Aprendí con ellas como ser una persona humanitaria y compasionada porque aunque éramos de diferentes países todas nosotras encontramos algunas cosas en común y nos hicimos muy buenas amigas.
En el año académico de 2011-2012, pasaba diez meses fuera de los EEUU para estudiar en Granada, España. Tanto mis estudios en la Universidad de Granada como las oportunidades sociales que tenía en hacer nuevos amigos y compartir en la vida del estudiante extranjero me hizo aprender un nuevo idioma. Al empezar mi aventura fuera, tenía un gol que era aprender el idioma tanto en el habla como escribir y leer, pero mi experiencia me dio mucho más que eso.
Cuando miro atrás, la mejor decisión que tomé entonces fue vivir con otros estudiantes extranjeras. Vivía en Realejo, un parte de la ciudad cerca de el Centro de Lenguas Modernas (parte de la Universidad de Granada) con tres chicas de varios lugares; Marruecos, Chipre, y Alicante. Fue con ellas donde aprendí como comunicarme en una lengua no familiar, escuchar y entender como comportarme con gente de culturas diferentes. Al principio no entendía nada de la lengua y me daba miedo preguntar por pequeñas cosas como por ejemplo cambiarse la bombona (nuestro piso no tenía gas eléctrico) pero poco a poco las relaciones crecían. Aprendí con ellas como ser una persona humanitaria y compasionada porque aunque éramos de diferentes países todas nosotras encontramos algunas cosas en común y nos hicimos muy buenas amigas.